Las bruscas variaciones en la presión del medio ambiente pueden ser causa de enfermedad. Se observan, en particular, en buzos y en trabajadores de "caisson", quienes trabajan a grandes profundidades en el agua, con presiones de un kilogramo por centímetro cúbico por cada diez metros de profundidad según Susbielle. Si en tales condiciones son llevados en forma rápida a la superficie, se produce liberación de burbujas de nitrógeno, las cuales causarán focos de destrucción (necrosis) en huesos y tejido nervioso.