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dc.contributor.authorMainieri Hidalgo, Jose A.
dc.contributor.authorRivera Cerdas, Mauricio
dc.date.accessioned2020-05-12T19:56:58Z
dc.date.available2020-05-12T19:56:58Z
dc.date.issued2010-12
dc.identifier.issn0001-6012
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/20.500.11764/1615
dc.descriptionARTICULOes_ES
dc.description.abstractObjetivo: Analizar las características clínicas, indicación para realizar la intervención y los resultados de la cirugía de pacientes con deformidades de la pared torácica. Métodos: Con el fin de obtener la información, se analizaron 32 expedientes clínicos que pudieron ser ubicados y la información incluida en la base de datos del Servicio de otros 13 pacientes operados en el servicio de Cirugía de Tórax del Hospital Rafael Ángel Calderón Guardia por Pectus Excavatum o Pectus Carinatum, desde enero de 1998 a enero del 2010. Resultados: Se encontraron 29 pacientes operados por Pectus Excavatum y 16 por Pectus Carinatum, de los cuales 37 fueron varones y 8 mujeres. La edad osciló entre 13 y 24 años con un promedio de 16 años. En 28 pacientes la única indicación para la cirugía fue la afección sicológica causada por la deformidad y en 17 se presentó además algún síntoma como disnea con el ejercicio, dolor torácico o palpitaciones. En 26 de los 29 pacientes operados por Pectus Excavatum se utilizó una barra de metal para mantener el esternón reducido en posición normal mientras se consolidaba, retirándola a los seis meses y en los últimos tres la reducción se efectuó con una malla de polipropileno que funcionó igual, pero con la ventaja que no requiere reintervención para retirarla. Los resultados se evaluaron en forma subjetiva de acuerdo a la satisfacción manifestada por el paciente y a la nota del médico; encontrando en un caso de Pectus Excavatum recidiva de la deformidad pero no de los síntomas. Los otros 44 manifestaron desaparición de los síntomas en los casos sintomáticos y mejoría estética de la deformidad, pero en cuatro casos se produjo cicatriz queloide. Un paciente operado por Pectus Excavatum presentó a los cinco meses, una complicación al desplazarse la barra y causar un hemotórax que requirió la colocación de una sonda de tórax para evacuarlo. En 10 pacientes se debió colocar sonda de tórax por neumotórax trans-operatorio. No se documentaron otras complicaciones. Conclusiones: Las deformidades del Pectus Excavatum y Pectus Carinatum que presentan síntomas restrictivos o afección sicológica por la deformidad estética, se pueden reparar con baja morbilidad y salvo los casos que desarrollan cicatriz queloide, resultados estéticos muy aceptables. La técnica de utilizar una malla en lugar de la barra de metal, funciona igual con el beneficio de que se evitan las potenciales complicaciones por el desplazamiento del metal y no requiere la reintervención para retirarla.es_ES
dc.description.sponsorshipEl Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Ricaes_ES
dc.language.isoeses_ES
dc.publisherColegio de Médicos y Cirujanos de Costa Ricaes_ES
dc.relation.ispartofseriesActa Médica Costarricense;v52n4;240-45
dc.subjectPARED TORÁCICA / ANOMALIASes_ES
dc.subjectCIRUGÍAes_ES
dc.subjectINVESTIGACIÓNes_ES
dc.titleExperiencia con la reconstrucción quirúrgica de las deformidades de la pared torácicaes_ES
dc.typeArticlees_ES


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